27 de septiembre del 2016
Después de visitar Las Islas Marietas, además de quedar admirada por su belleza, comprendí por qué se ha convertido en uno de los tours más solicitados por quienes vacacionan en Puerto Vallarta.
Las Islas Marietas se encuentran dentro de la Bahía de Banderas en Nayarit, la única manera de llegar a este paraíso es a través de una embarcación; y es la clase de tour que se disfruta más si se comparte con familia, amigos o pareja.
Nuestra aventura comenzó a partir de las 9:00 a.m. con la salida en catamarán rumbo a Las Marietas desde la API de Puerto Vallarta. Desde nuestra llegada todo el staff fue muy amable con nosotros, siempre estuvo al tanto de hacernos pasar un día agradable y de nuestra seguridad.
El trayecto hacia nuestro destino duró aproximadamente una hora y media y estuvo lleno de hermosos paisajes y sorpresas. Podíamos observar cómo nos alejábamos cada vez más de la ciudad y nos adentrábamos en aguas Nayaritas. A pesar de que la noche anterior había llovido (lo cual es algo normal durante el verano), el día amaneció resplandeciente y despejado para nosotros; pero no solo fue la hermosura de los paisajes la que se hizo notar, camino a Las Marietas pudimos observar tortugas marinas nadando plácidamente y delfines que jugueteaban haciendo saltos y desplazándose junto a nuestra embarcación. Es un muy bello espectáculo poder ver a estas criaturas interactuando en su hábitat natural, más de uno en el tour, aprovechamos para hacer clic y tomar fotos de recuerdo.
Una hora después de haber zarpado, ya comenzábamos a ver cada vez más cerca la silueta de Las Islas. Lo primero en nuestro itinerario, era llegar a la famosa Playa del Amor o Playa Escondida, a la cual solo se puede llegar nadando. Nuestros guías nos dieron indicaciones sobre cómo colocarnos el chaleco salvavidas de manera correcta y anunciaron la próxima llegada.
Minutos después el catamarán ancló, otras embarcaciones y la extensión de Las Islas lo rodeaban. ¡Nos pusimos el chaleco salvavidas, brincamos al agua y la aventura comenzó! Nadamos y nadamos hasta acercarnos a la entrada de la Playa Escondida, una especie de cueva que tuvimos que atravesar; el ambiente al pasar por debajo del gran arco era algo obscuro, pero del otro lado ya se vislumbraba la famosa Playa del Amor. Nadamos hasta llegar a la orilla y el resto se trató de admirar el paisaje, el oleaje era muy suave y el agua cristalina; al voltear hacia el cielo se apreciaba la perforación circular de la isla, que hasta ese momento solo había conocido por sus famosas fotografías que circulan en Internet. Disfrutamos la playa flotando con nuestros chalecos salvavidas y dejando que el vaivén de las olas nos meciera, otras personas no dejaron pasar la oportunidad de tomarse fotografías fuera y bajo el agua con sus cámaras acuáticas, otros intrépidos habían nadado hasta ahí con celulares y cámaras protegiéndolos con una bolsa o un recipiente de plástico para evitar que se mojaran. En mi opinión esto puede ser algo arriesgado, pero vale la pena si lo que quieres es conservar una fotografía; si estás dispuesto a correr el riesgo de llevar contigo una cámara que no es contra el agua, asegúrate de sellar bien su recipiente y toma en cuenta que deberás sostenerla muy bien al momento de nadar hasta ahí. Claro que en el mejor de los casos, lo ideal sería llevar una cámara resistente al agua y nadar sin preocupaciones.
Pudimos disfrutar 30 minutos aproximadamente ese hermoso lugar, después nadamos de regreso a la embarcación y continuamos con nuestro itinerario. En el camino hacia otra de las islas pudimos observar diferentes especies de aves que ahí habitan, entre ellas el ave patiazul y pájaros bobos.
La embarcación ancló una vez más en medio del manso mar y ahí practicamos snorkel y kayak. Me sorprendió que el agua ahí, era aún más cristalina y por ello era tan fácil poder ver todos esos peces de colores nadando junto a nosotros. El agua también era perfecta para el kayak, que por cierto fue una de mis actividades favoritas.
El día se pasó tan rápido y activo, que de pronto ya era momento de regresar. Pero para nuestra sorpresa la diversión no había acabado, porque la tripulación tenía todo un show de entretenimiento planeado, que incluía bailes, concursos, rifas y karaoke; además de barra libre y alimentos.
Las Islas Marietas son hermosas, pero no son solo Las Islas Marietas; sino toda una travesía que vale la pena. Así que la próxima vez que vengas a Puerto Vallarta, te recomiendo que las visites y disfrutes, recordando siempre cuidar este paraíso y su entorno para que muchos más puedan venir a disfrutarlo también.
Para más información sobre Las Islas Marietas y sus tours, te recomendamos visitar:www.islasmarietas.com.mx
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