Guapas catrinas, ¿a dónde van tan divinas?

Ya se acerca el mes de noviembre, y con él la época de vestir nuestras casas y calles con coloridos altares en honor a nuestros muertos, y caras pintadas con complejos y hermosos diseños para lucir como auténticos catrines y catrinas, pero ¿sabes de dónde viene este ícono mexicano que no puede faltar en el Día de Muertos?

Aunque a la Catrina se le asocia directamente con este festejo, originalmente no tenía relación alguna. La imagen fue creada por José Guadalupe Posada, grabador y caricaturista mexicano (1852 - 1913) y tiene más de 100 años de historia. Inicialmente la imagen surgió como una burla a quienes renegaban de sus raíces indígenas, y la nombró Calavera Garbancera (refiriéndose a los vendedores de garbanzo, quienes siendo pobres, aparentaban ser hombres ricos, menospreciando sus orígenes).

En 1947 el muralista mexicano Diego Rivera (1886 - 1957), altamente influenciado por la obra de Posadas, incluyó a la Garbancera, como una parte importante de su mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, denominándola La Catrina. 

¿Sabías que...? 

La palabra “catrín” era muy usada en el pasado para definir a los hombres de clase social alta que se vestían muy elegantes queriendo presumir su acomodada posición social. 

En dicho mural, Rivera representó a la Catrina evocando un status social más alto que el de la Garbancera original: cuerpo completo con vestido y elegante sombrero, como las damas de la alta sociedad de aquella época. ¿Quién iba a pensar que este hecho la haría tan importante personaje en la cultura mexicana? 

Actualmente su diseño ha cambiado, haciéndola ver más moderna y colorida, llena de flores de cempasúchil, o moños de colores vivos, vestida con encajes largos o trajes típicos mexicanos como el de china poblana o hasta de mariachi. ¡Hay un sinfín de diseños!

Y bueno, como cada festividad mexicana viene acompañada de alguna delicia culinaria, en la celebración de Día de Muertos en México no puede faltar el tradicional pan de muerto. Aunque a la fecha se pueden encontrar distintas variantes sobre todo en el relleno y en su decoración, la forma en la que se conoce en la mayor parte del país está coronado con una bola hecha de la misma masa que simula un cráneo o corazón, y cuatro tiras en los extremos del pan que simulan los huesos de brazos y piernas humanas. Incluso se dice que hacen referencia a los cuatro puntos cardinales. Su forma circular representa el ciclo de la vida y la muerte, ¿sabías eso? 

Al hornearlo se forma una capa o costrita color café que es espolvoreada con azúcar, y su elaboración con esencia de azahar es para guiar a los muertos, pues los aromas de la comida y las flores dispuestas en altares y tumbas, les llevan hasta el lugar donde se les recuerda. 

Otro dato que posiblemente no sabías, es que en algunas regiones de nuestro país, el azúcar que se espolvorea en este tradicional pan, se tiñe de color rojo como la sangre que nuestros ancestros ofrecían a los dioses en sus sacrificios humanos.

Se cree que este pan empezó a elaborarse por panaderos de la época de la Conquista en México (siglo XVI) y aunque a la fecha no se ha modificado su esencia, es sin duda un infaltable en los altares que se colocan como ofrendas a nuestros muertos y que los mexicanos por tradición comemos durante los días en que los conmemoramos (1° y 2 de Noviembre). 

¿Sabías que..?

La festividad de Día de Muertos fue proclamada por la UNESCO como “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad” el 7 de noviembre de 2003, ¡qué orgullo mexicano!

Así que preservando nuestras tradiciones, te invitamos a poner tu propio altar de muertos usando las típicas calaveras, el pan de muerto y demás elementos esenciales, pintarte como catrina o catrín, y ¡hasta puedes animarte a escribir una tradicional calaverita! Pero si lo tuyo es la comida, te compartimos una deliciosa receta de pan de muerto para que explores tu talento culinario, cortesía del Chef Isaac Esparza. 

Cuéntanos en redes sociales, ¿tú cómo celebras el Día de Muertos?